Las parrillas de 800 grados están diseñadas para asar bistecs. Hoy en día también se asan en ella otros alimentos como el pescado y las verduras.
El principio se basa en placas de cerámica con estructura de panal (funcionamiento a gas) o lámparas de cuarzo (funcionamiento eléctrico). Su superficie se calienta a más de 800°C.
Cuanto más se acerca la comida a la parrilla a la fuente de calor, más rápido se desarrollan los aromas tostados. Sin embargo, el peligro de producir sustancias nocivas para la salud (por ejemplo, cancerígenas) es mayor cuanto más cerca y durante más tiempo se expone la comida a la parrilla a la fuente de calor.
Un amante de la carne que le gusta comer su bistec “bleu”, es decir, “poco hecho”, pero que no quiere prescindir de los aromas tostados, suele apostar por las parrillas a 800°C.