
Para muchas recetas, solo necesitas la yema (la yema) o la clara de huevo, también conocida como albúmina porque se vuelve blanca durante la cocción.
Muchas personas separan la yema de la clara rompiendo el huevo y luego pasándolo de media cáscara a media cáscara una y otra vez.
Sin embargo, lo desaconsejamos, especialmente si los huevos no se han lavado previamente. Después de todo, la mayoría de los gérmenes, incluida la salmonella, se almacenan en el caparazón.
El método más fácil y probablemente más rápido es:
- Lávese bien las manos, enjuague bien todos los residuos de jabón.
- Prepara 4 tazones
- Enjuague los huevos con agua fría.
- Rompa el huevo en un borde como de costumbre y colóquelo en una mano sostenida sobre un recipiente vacío.
- Deje que las claras de huevo se escurran a través de su mano ligeramente cerrada.
- Poner la yema en un recipiente aparte.
- Guarde las cáscaras en otro recipiente, también son excelentes para el compostaje.